Locura de Lushi Nº2: Pocas palabras, mucho mensaje

lunes, 18 de agosto de 2008


No estoy para nada orgullosa de lo que acabo de escribir, pero me sirvió para descargar mucha bronca que tenía acumulado. Encima lo voy a publicar sin haberlo leído entero después de haberlo escrito, porque no quiero hacerle retoques, perdería la emoción. Seguro está mal escrito y capaz hasta suene inconexo. Y esta vez también hablé en criollo, nada de buen vocabulario, que la cabeza puede tener buenas palabras, pero el corazón con un diccionario de 50 palabras te puede decir todo, así que al que no le guste, que no lo lea, no me importa. Estoy enojada.

“Tal vez sea la simplicidad del asunto lo que nos conduce al error”

Esto lo plantó el señor William Shakespeare, y como últimamente no hago ni una frase bien, se la robé.

Y es que es así, yo soy así. Me complico, simplemente eso, y estoy cansada de complicarme. Basta una palabra, un silencio, una acción hecha, una acción no hecha, un abrazo, la falta de un abrazo, cualquier cosa me sirve para obsesionarme. Me como la cabeza pensando en los demás, para que después venga cualquier idiota y me diga que soy egoísta, o que estoy al pedo todo el día. No soy egoísta, ni solitaria. Es que pienso, sí, pien-so. Paso todo el día pensando cosas que comienzan teniendo sentido, en algún punto lo tienen, y todos llegan a una misma conclusión. Y basta, estoy cansada de pensar en los demás, porque estoy sacrificando demasiadas cosas de mí y nadie las valora, porque hay algunas personas que pareciera ven sólo las cosas que me salen mal, y después dicen que si valoran lo que hago. Pero es MENTIRA, porque me rompo el cráneo contra la pared con tal de que no sufran, aún a costa de mi propio sufrimiento, y ellos no lo ven, ellos se limitan a ver esos detalles que no les gustan, en vez de darse cuenta de que hago muchos esfuerzos para que ellos la pasen lo mejor posible. Un día de estos me voy a cansar, voy a explotar, y esas personas van a ver quién soy, van a ver que a pasar de que me pueden mandar, yo también soy una persona libre que en cualquier momento se puede hacer respetar, y ahí, cuando entiendan como son las cosas, yo los voy a mirar y poder decirles por primera vez en mucho tiempo: SOY FELIZ, a pesar de todo lo malo SOY FELIZ, y no va a haber excusa para ponerme mal, porque voy a ser quien tengo que ser y ahí las cartas vana quedar sobre la mesa. O esta la otra posibilidad, si no explotó, y ahí les va a doler muchísimo a esas personas, porque ahora la van a pasar bastante bien, como hasta ahora, pero cuando llegue el momento de hacerme respetar, en vez de gradualmente, de golpe. Ahí van a sufrir como por momentos me hacen sufrir ahora.
Es simple: cada uno es como es y por algo las cosas son así, al que le guste, bien. Y al que va a andar comentando cosas malas o me mire mal, no me importa quien sea ni cuanto los quiera, van a ser gente que no vale la pena, y cada uno tomará su rumbo y a otra cosa, pero yo no voy a sacrificarme más por aquellos que no me hacen bien, ya bastante me sacrifico por esos que quiero, y eso me hace mal, y ya no quiero dejar que nadie más me haga mal. Así que mírenme, porque no se por cuanto tiempo cuando me miren en la calle van a ver la misma imagen que ahora, porque me cansé, quizás siga todo igual, pero también quizás las cosas cambien mucho entre este año y el que viene, porque mi asunto era muy simple, y de tan simple que fue, me equivoqué, pero quiero arreglarlo.

“Tal vez sea la simplicidad del asunto lo que nos conduce al error”

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